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El fusor de una impresora láser se encarga de fijar el polvo del tóner en el papel mediante calor y presión. Está compuesto por el rodillo de calor y rodillo de presión, el rodillo de calor calienta el tóner y el papel y el de presión fija la tinta. Cada modelo y marca de impresora funciona con un fusor determinado, es necesario utilizar el recomendado en cada caso pues la vida útil de un fusor depende de un mantenimiento adecuado, de que sea el que debe utilizar la impresora y de la cantidad de copias que realice.

En el caso de que el fusor esté dañado se sabrá porque el papel aparece arrugado o la tinta no queda fijada, las causas por las que un fusor se estropea pueden ser varias y siempre se debe cambiar cuando esto ocurre.

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La calidad del papel influye en la vida útil de un fusor pudiendo disminuirla si se utiliza asiduamente un papel de mala calidad; también una mala calidad del tóner puede hacer que el fusor se estropee. Se ha de tener en cuenta que no es lo mismo un cartucho de tóner reciclado que uno recargado: al recargarlo únicamente se le añade tóner, cuando es reciclado le cambian el rodillo de impresión y todos los elementos necesarios para que funcione correctamente.

¿Por qué se estropea un fusor?

Los cambios en la electricidad pueden dañar al fusor, las subidas y bajadas de tensión pueden hacer que se estropee. También el lugar en el que se encuentra la impresora influye en la vida útil de sus piezas, entre ellas la del fusor. La humedad, las altas temperaturas, el polvo, la tierra y no limpiar la impresora de una manera adecuada son factores que dañarán al fusor y a otras partes de la impresora.